"La imaginación al poder"

martes, 21 de diciembre de 2010

El fin del principio

Sobre su escritorio de roble y bajo la luz tenue del velador daba forma al ser de su imaginación. Los haces de luz se filtraban tímidos y casi imperceptibles a través de la persiana americana. El entorno era ideal para crear y las distracciones a su alrededor se acercaban al cero absoluto.  Tomó el cincel, posó su ojo sobre la lupa y fijando su mirada en el roble, comenzó a moldear un brazo.  La oscura habitación enfocaba toda su atención en el punto donde convergían los rayos de sol que lograban escaparse de los pliegues de las cortinas y el halo de luz emitido por la candela. El movimiento continuo del péndulo del reloj,  el único sonido que interrumpía la melodía del cincel dando forma a la arcilla. 

Con movimientos lentos y certeros fue forjando  al pequeño hombre.  A su vez, el nuevo ser daba vida a otra criatura minúscula que se encontraba frente a un escritorio de roble, absorto bajo la luz de una lámpara. Su egoísmo no le permitió crearle un compañero a su minúsculo invento, si él estaba destinado a la soledad, todos lo estarían.  Alejó las herramientas y las colocó a un costado, apoyó su barba sobre sus brazos y a la vez estos sobre el escritorio. Se dispuso a observar al ínfimo hombre  que estaba totalmente regido por su voluntad, prisionero de su misma mano creadora. Lo percibió cabizbajo, pensativo, con su perilla apoyada sobre sus brazos, tal vez imaginando, la pobre criatura, que su destino jamás iba a estar atado a su propia disposición.  

El sonido de miles, millones, incontables cuellos volteando al unísono interrumpieron el silencio reinante.  La imagen de esa nuca enorme trajo consigo infinitos brotes de conciencia del ser, de incredulidad, de comprensión, de resignación y por último de ira ante la comprensión de la existencia y la no existencia. 

 Tomó el martillo que reposaba apacible cerca del cincel y el estruendoso golpe de incalculables manos de arcilla puso fin a toda alma que alguna vez habitó el universo.  



*Dedicado al que dedica esta dedicación dedicada al que dedica esta dedicación...

4 comentarios:

  1. Guauuu! Estoy esperando el martillazo! Muy bueno, Lau, este golem apocalíptico!

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  2. pobre escultor... cabo su (nuestra) propia tumba haciendo su arte. Definitivamente el arte es algo peligroso, mejor apliquemos la censura y el cavernicolismo!

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  3. justo un ensayo de los que vieron el domingo (si es que prestaron atencion) es sobre un escultor y cómo deja vivir a sus esculturas, apoderándose de su casa y entrando en una especie de sinergia.
    qué vértigo que debe dar ser escultor, eh...

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  4. Boludo, ya es la segunda vez que me matás en un cuento... por suerte en este matás a todos...

    Me encantó, me re encantó!!

    Te quierouuuu

    Manu,

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